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Aborígenes australianos inventan la fuerza de gravedad
Darío Varela
. 23.08.2013

 

Finalmente han sido ratificados los resultados de una investigación antropológica que en su momento fue motivo de grandísimo asombro.

Nuevas evidencias confirman lo que en un principio fue considerado una más entre las muchas teorías peregrinas que agitan la mente de las personas.

Recientes hallazgos han permitido determinar, mas allá de toda duda y con una certidumbre ligeramente superior al cien por ciento, que la fuerza de gravedad es un invento desarrollado por aborígenes australianos y que el uso de ésta fue propagándose gradualmente hasta llegar a la situación actual, en que es un fenómeno tan generalizado que se le atribuyen las causas más complejas para hacerlo aceptable a los escasos disidentes que aun protestan contra esta arbitrariedad culpable de grandísimos accidentes y tediosos reportajes.

Cabe consignar que, durante las primeras etapas de su comercialización, la fuerza de gravedad se vendía como un derecho a ser usado por una cantidad limitada de usuarios, cualquiera que fuera el reino de éstos. Así, una versión para tres usuarios podía ser utilizada, por ejemplo, por una pareja de humanos u homínidos, y su primogénito; por 3 saltamontes o 3 canguros, seres cuya irreprimible proclividad a dar saltos los condenaba a morir a escasa altura; por tres flores u hojas que algún poeta no se resignaba a verlas perderse para siempre.

Lo que empujó a los aborígenes australianos a desarrollar este prodigioso invento fue la pestilencia. Sus tierras estaban infestadas de canguros que flotaban a dos o tres metros de altura agitando desesperadamente las patas. A falta de gravedad las bestias no terminaban nunca de caer, morían y se hacían putrefactas a escasa altura, generando deshechos que flotaban en el aire nauseabundo llevados y traídos por el viento.

Y no se crea, afirman los antropólogos, que la gravedad fue un invento surgido de la noche a la mañana o improvisado en un garaje en esa época en la que ni aquéllos con más visión de futuro construían un garaje en casa.

Antes de dar con la gravedad propiamente tal, los referidos aborígenes intentaron las más diversas soluciones, prueba de lo cual es el hecho de que ellos son los inventores de la escalera, dispositivo que antes de la invención de la gravedad permitía ascender a lo largo de sus peldaños hasta grandísimas alturas sin más necesidad que apoyar en tierra uno cualquiera de sus extremos y acudiendo al sencillo expediente de ir agregando una sobre otra diversas escaleras cuidando dar a cada tramo la pendiente de subida o de bajada que fuera del gusto del usuario.

Antonio García V. (a) Darío Varela