Texto escogido de PARTE I: EUROPA. Capítulo 5.- SEPARACIÓN

Ataulfo, rey de los visigodos, fue lugarteniente de Alarico durante el saqueo de Roma, en Agosto del año 410. En esa oportunidad secuestraron a Gala Placidia, hermana del emperador Honorio.

Salieron de Roma hacia el sur de Italia con el plan de pasar a África a través de Sicilia, pero Alarico murió en forma repentina, lo que alentó la idea de que Roma es una ciudad protegida por los dioses, quienes sin tardanza habrían castigado la insolencia del visigodo.

A la muerte de Alarico, Ataulfo tomó el poder y, seducido por su belleza y para establecer lazos de sangre que un día puedan hacer emperador a uno de sus hijos, desposó a Gala Placidia.

Dubius, alto y fornido esclavo silingo de piel extrañamente cobriza, de grandes y penetrantes ojos azules como el cielo, es el encargado de las caballerizas en el palacio del rey Ataulfo. Instruido, brillante y reservado, desde que se hizo cargo de esa tarea la limpieza y el orden de las edificaciones y jardines de las caballerizas solo son opacados por la belleza de los caballos que, al cuidado de los hombres del silingo, se han convertido en los más espléndidos ejemplares que haya poseído rey alguno.

El seductor encanto de las caballerizas, la pasión que comparten por los hermosos equinos y muy especialmente la reserva a toda prueba del parco Dubius han influido para que Barnolfo, noble terrateniente romano propietario de grandes extensiones en la Tarraconense, y Gala Placidia, esposa del rey, las hayan elegido como secreto refugio de sus amores. Placidia además siente una extraña seducción por el magnífico esclavo cobrizo con quien cree compartir una inclinación exhibicionista a la que ambos dan mesurada expresión durante las tórridas sesiones que la reina disfruta en las caballerizas con el noble romano.