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"Eros
y El Talismán".
Capítulo
8.- ¿ROTURA DEL PENE?
En medio del placer, un golpe dado a pocos centímetros del
objetivo.
En vez de enterrarse hasta el dulce fondo de la vagina, el pene
golpeó afuera, a un costado, en el arranque de las suaves
piernas de mi interlocutora.
En menos de 30 segundos, el pene se hinchó como un globo
a punto de estallar. Cada vez más grande. Se dobló
en 180 grados. En poco tiempo se puso más grueso, bastante
más que mi antebrazo. Llegó a unos 18 cms. de diámetro.
Describía frente a mí un gran semicírculo.
Talvez de 40 centímetros de perímetro exterior. Parecía
un globo de goma, algo descolorido, que se inflaba por sí
solo para adornar una fiesta.
¿Donde estaba mi pene? Yo lo recordaba más bien modesto,
aunque grueso al decir de las tasadoras más experimentadas.
Digamos 15 cms. de largo por 4 cms. de diámetro. De modo
que ahora tenía un volumen decenas de veces mayor que en
su mejor erección.
Y seguía inflándose.
Presentí que reventaría en cualquier momento.
No parece una historia real. Pero así fue. Y así te
puede ocurrir en cualquier momento.
Al principio no pude encontrar la cabeza de mi propio pene.
Por fin la descubrí. Para mi infinito desencanto, la encontré
abajo, a un costado, adosada a lo que parecía ser la base
del pene. Se veía mínima al lado del globo doblado
que ahora tenía en mi entrepierna.
Nadie podría creer esta absurda pesadilla, ¿verdad?
Pues, como verás, esta es la historia de un accidente real.
De un riesgo físico que existe.
Y es conveniente que la conozcas porque necesitas saber como actuar.
Porque en una situación así, tu vida estará
en juego. Y presentirás que, en caso de salvarla, será
difícil que vuelvas a tener un pene normal. Te parecerá
imposible que algún día puedas estar de vuelta en
el trabajo duro y gratificante.
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