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Capítulo
5 del libro "DEMOCRACIA POLÍTICA Y ECONÓMICA.
Y LA VÍA CHILENA AL SOCIALISMO"
Autor: Antonio García
V. Junio 2011
Editorial Kódigos. Colección Kódigo Visión.
2011.
CÓMO
DANIEL, EL DESCUARTIZADO, COMENZÓ A GOBERNAR
“La
democracia necesita de la integridad como la tiranía
de la corrupción”
Mary Wollstonecraft . 1792.
INTRODUCCION
Daniel, contador de la principal universidad del país
fue secuestrado, muerto y descuartizado cuando muchos hombres
de Lagos eran acusados en un caso corrupción de cien
cabezas y mil tentáculos.
Los documentos y la computadora personal que Daniel dejó
en lugar seguro al comprender el destino que le esperaba,
sirvieron para enjuiciar a Lagos y su “círculo
de hierro”, quienes salvaron de la cárcel porque
sus delitos milagrosamente prescribieron .
Este crimen de lesa humanidad, inútil intento de silenciar
a un hombre valiente y solitario, sigue impune.
RELACION
DE LOS HECHOS
El año 2003, cuarto de su período de gobierno,
era una tortura para Ricardo Lagos, presidente de Chile, pues
todo apuntaba a que no lograría terminar un mandato
que debía prolongarse hasta el 2006 .
En 1999, durante la campaña presidencial que lo llevó
al poder, Lagos fue acusado por la desaparición de
cuatro millones de dólares que el gobierno alemán
donó al ministerio de Educación cuando él
dirigía esa cartera.
El denunciado optó por callar. No siquiera balbuceó
un “yo no me los robé” que, al margen de
los hechos es lo que la buena crianza política recomienda.
Tampoco aprovechó la oportunidad para recordar a los
electores la grandeza de su gestión a cargo de ese
importante ministerio.
En Noviembre del 2002, intentando quitar importancia a los
casos de corrupción que ponían en jaque a su
gobierno, Lagos declaró que “tanto ruido por
veinte mil dólares habla bien de Chile”.
El primero de Diciembre le respondieron por la prensa: “Lo
que investiga el juez del caso coimas suma 4.600 millones
de pesos, equivalentes a más de seis millones de dólares...
No se trata de ruido, sino de muchas nueces.”
Lo que hacía que “Lakes”, como lo llamaban
sus más próximos, se sintiera al borde del abismo
al despuntar el 2003, no era la corrupción ya imposible
de esconder, si no un pequeño error que habían
cometido sus hombres en el afán de encubrir los delitos
que venían cometiendo desde que Lagos, al dejar el
Ministerio de Educación, pasó a ser Ministro
de Obras Públicas.
El agobiado Presidente recordaba perfectamente al gordo Figueroa,
contador de la Universidad de Chile. Incluso tenía
la idea de que era pariente o protegido de su propio primo
político, Matías de la Fuente, temido Jefe de
Gabinete de su gobierno hasta que comenzaron a estallar los
escándalos.
El gordo firmaba por la Universidad los cheques para mover
los recursos de los Convenios que la Universidad mantenía
con el Ministerio de Obras Públicas de Lagos y para
hacer pagos ilegales a connotados políticos, entre
ellos al propio Matías.
La segunda firma de esos cheques, la del Ministerio, era responsabilidad
de Guillermo Díaz, joven ingeniero del entorno de Lagos.
Los Convenios permitían que la Universidad de Chile
recibiera dinero de los contratistas de Obras Publicas para
pagar a los fiscales, inspectores y demás funcionarios
responsables de controlar la calidad de las obras, de aprobar
las facturas presentadas por los contratistas y de autorizar
los pagos que les hacía el Ministerio de Lagos a cuenta
de los trabajos ejecutados y de algunos sin siquiera ejecutar.
Además, todos los meses con ese dinero se hacían
pagos ilegales a cada uno de los ministros de Lagos, sin excepción.
Esto de que los contratistas contribuyan con fondos para pagar
a los ministros y a quienes los fiscalizan en representación
del Estado, calza perfectamente con la singular idiosincrasia
local.
En los demás países nadie crea canales para
que los contratistas sobornen a las altas autoridades del
estado y a sus fiscalizadores. Tristemente dejan a los pobres
contratistas abandonados a su propia iniciativa.
En el Chile de Lagos se intenta dar visos de legalidad al
tradicional acto de corrupción mediante el cual el
contratista soborna al representante del estado para no cumplir
del todo sus obligaciones, para cobrar un precio mayor que
el originalmente convenido o para cobrar sin siquiera realizarlo.
En el “socialismo a la chilena” de Ricardo Lagos,
son los hombres del entorno de Lagos, el ministro de Obras
Públicas y otros altos funcionarios de la unidad de
“Concesiones” quienes piden dinero a los contratistas
para distribuirlo entre los ministros y las personas que fiscalizan
a los donantes.
Según confesara el Ministro de Obras Públicas,
Carlos Cruz , durante los juicios que debió soportar
a raíz de los papeles que dejó “el descuartizado”
y en los que fue condenado por imponer exacciones, el gobierno
de Lagos incluso envió un emisario a México
a pedir dinero a los directivos de la empresa Tribasa, a la
que Lagos como ministro había otorgado concesiones
a pesar de tratarse de un contratista de malos antecedentes,
como muchos a las que Lagos otorgó Concesiones. Tal
vez no se deba decir “a pesar de” si no “precisamente
por”. Y el poderoso Matías de la Fuente recibió
conforme y autorizó el pago de las obras mal hechas
e inconclusas que Tribasa construyó en Chile .
Una vez que el contratista acepta este modelo que le parece
caído del cielo porque le permite sobornar desde el
ministro hacia abajo sin tener que ensuciarse las manos, los
hombres claves del gobierno de Lagos le indican cuáles
son las empresas Consultoras con las que debe contratar la
ejecución de trabajos que esas Consultoras nunca ejecutarán
y por los cuales el contratista pagará grandes cantidades
de dinero que luego será repartido entre los propietarios
de la empresa Consultora y los hombres de Lagos.
Esta figura permite a cada empresario que contrata con el
estado decirse a sí mismo que él no es corrupto
ni corrompe a nadie. Que incluso colabora con el Estado para
que los empleados públicos que fiscalizan las obras
reciban una remuneración cónsona con sus altas
responsabilidades.
Es oportuno aclarar que Chile es el único país
del mundo donde todos los que tienen el dinero suficiente
para serlo, son honestos sin excepción.
En Chile tanto importa parecer honorable que los domingos,
en las iglesias católicas que frecuentan las personas
de clase media y alta, todos los asistentes, sin que nadie
se abstenga de hacerlo, forman interminables lentísimas
colas para comulgar y muy especialmente para ser vistos comulgando.
La comunión es en Chile como el entreacto de los teatros
elegantes de Milán, Italia, donde lo que se disfruta
no es la obra si no el entreacto. Quiénes y cómo
están. Con quién andan y con quién conversan.
En las misas de las iglesias católicas de Santiago,
más modestas mientras más ricos son sus feligreses
(un buen ejemplo es la de “El Golf”, construida
en terrenos de miles de dólares el metro cuadrado y
cuyos ventanales en lugar de artísticos vitrales tienen
vidrio transparente de segunda clase obtenido en alguna demolición)
nadie se atrevería a no comulgar. A parecer no tan
sagrado, no tan en estado de gracia, no tan perfectamente
impoluto como todos los demás.
Esta figura del soborno masivo organizado por el gobierno
permite a los ministros, a los acólitos de Lagos y
a los fiscales del Ministerio de Obras Públicas (MOP)
recibir del contratista dinero que supuestamente viene de
manos de su patrón, el Estado.
Y aunque los beneficiados afirman que es una figura legal,
todos los ministros de Lagos callan y esconden el hecho para
aparecer ante sí mismos y ante los demás como
ciudadanos honorables que se sacrifican para recibir por vía
excepcional, clandestina y en efectivo, a lo narco, entre
quinientos (500) y tres mil (3.000) dólares mensuales,
dinero que según la concepción de Lagos llamada
“socialismo a la chilena”, les corresponde en
justicia percibir.
Una de las empresas encargadas de recibir dineros de los contratistas
a cambio de no hacer nada más que repartirlo entre
los que están en el esquema criminal, es el Instituto
de Economía de la Universidad de Chile (IDECON).
El Instituto devuelve el dinero a los hombres del MOP a través
de “Convenios” entre el Instituto y el MOP, cuyo
dinero maneja el gordo Daniel Figueroa siguiendo religiosamente
instrucciones de Díaz, angelical querubín enviado
por el dios Lagos.
Pero Daniel cuida guardar copia de cartas y recibos y conserva
en su computador el detalle de esas “platas” que
teme que cualquier día le reclamen que él se
las ha quedado.
Los hombres del gobierno de Lagos que solicitan dinero a los
contratistas aducen que es para ser entregado a quienes fiscalizan
sus obras, en calidad de “complemento” de sus
remuneraciones.
Argumentan que el rígido sistema de sueldos de la administración
pública no permite pagar a esos fiscales una remuneración
cónsona con el gran sacrificio que hacen inspeccionando
las obras durante extensas jornadas de veinticuatro horas
diarias a lo largo de todo el año, sin vacaciones ni
domingos ni festivos.
Esos abnegados fiscales que pasan el fin de semana en la Serena
o más al Norte (por ejemplo Miami) durante el invierno,
o en Pucón o más al sur durante el verano, han
estado el año completo sin un solo día de enfermedad
o descanso, controlando, pagando y recibiendo a satisfacción
la obra que el contratista ejecuta para el Estado. Así
lo acreditan las fechas de los documentos mediante los que
certifican a diario la obra ejecutada y autorizan su pago.
El Ministro recaudador no dice al contratista que el grueso
de las donaciones serán para él y los demás
ministros. A buen entendedor pocas palabras.
Esta sofisticada figura permite que el funcionario no se considere
corrupto, porque recibe dineros por canales supuestamente
“legales”, y que el contratista esté exento
de culpa porque hace pagos a terceros para que éstos
se encarguen de aceitar la máquina del estado.
Como luego demostraron los tribunales, no todo el dinero que
salía del Ministerio de Lagos y pasaba por las manos
de Figueroa y Díaz llegaba a los ministros y fiscales.
Parte de él se adhería a las manos de Díaz
y demás operadores del sistema.
Tampoco los contratistas se limitaban a pagar solo esas sumas
a los hombres del ministerio y muy especialmente a los del
entorno de Lagos. Los sufridos contratistas pagaban un poco
por la vía del socialismo a la chilena y mucho más
por las vías habituales.
MODELO
DEVASTADOR PARA EL PAIS
La pregunta que surge es ¿qué pretendía
Lagos con este esquema criminal, con este modelo de corrupción
tan poco eficaz, tan infantil y destructivo, tan devastador
de todo el sistema de obras públicas del país?
¿Por qué devastador para todo el sistema?
Porque indujo a que durante el gobierno de Lagos se recibieran
y pagaran autopistas no construidas.
A que se ejecutaran obras con tantos vicios ocultos, tan mal
supervisadas, realizadas con tanta desidia y complicidad que,
por ejemplo, la pista de concreto del aeropuerto internacional
de Santiago se desintegró a los quince días
de inaugurada, al cabo de los cuales hubo que rehacerla y
volver a pagar por ella.
Quince días después de inaugurada, la pista
de aterrizaje del principal aeropuerto del país comienza
a deshacerse como si fuese de arena .
Para que pueda fallar el concreto de una pista de aterrizaje
o de cualquier obra importante, es necesario que sean muchos
los que están coludidos en la estafa.
De cada camión de concreto premezclado se toman muestras
que más tarde se cargan hasta la rotura en ensayos
de laboratorio que se efectúan a los tres, ocho y veintiún
días de elaborado el concreto. Esos ensayos indican
con precisión la resistencia del concreto que llevaba
cada camión. Las muestras que se toman son marcadas
con códigos que permiten saber de qué camión
se trataba y en qué parte de la obra se empleó
el concreto.
Las partes involucradas (proveedor, contratista e inspector)
guardan ejemplares de esas muestras, de modo que si, al romperlo,
algún cilindro falla bajo una carga menor de la esperada,
lo que evidencia mala calidad del concreto, la parte que lo
ponga en duda puede ensayar los cilindros adicionales que
conserva y convencerse de que ha habido un fallo, o demostrar
que no fue así. Y si se determina que en efecto ha
habido un fallo, esas muestras permiten determinar en qué
parte de la obra se empleó ese concreto, hacer pruebas
de calidad en sitio y reparar lo obra o demolerla según
sea la gravedad del caso.
La falla catastrófica e inmediata de una obra tan fácil
de ejecutar como el piso de una estructura o de un aeropuerto
solo puede derivarse del empleo de concreto de muy baja resistencia.
Ese concreto debió haber sido fabricado empleando ocho
a diez sacos de cemento por cada metro cúbico de concreto.
Pero en el aeropuerto de Santiago el contratista, con la anuencia
del fiscal y demás sobornados, solo utilizó
cuatro o cinco sacos. Se ahorró 50 sacos de cemento
por cada camión de concreto. Un total de 750.000 sacos
en toda la pista. Dos millones de dólares en toda la
pista. El sobresueldo de los quince ministros de estado durante
todo el gobierno de Lagos. Solo en esa pista y solo en esa
obra, una de las muchas obras del comprensiblemente faraónico
gobierno de Lagos.
Si en el aeropuerto de Santiago nadie dijo nada ni se reparó
nada cuando las muestras de concreto evidenciaron que no se
había empleado cemento suficiente, fue porque las partes,
contratista y representantes del estado, tan acostumbradas
a estafar a la nación sin ser descubiertos, se dijeron
que incluso con ese concreto de pésima calidad la pista
resistiría el peso de los aviones porque el concreto
que exige el proyecto es más fuerte que lo necesario,
ya que los ingenieros que diseñan las obras solo se
preocupan de cuidar su trabajo.
Cuando la obra recién inaugurada se rompe en pedazos
y se produce la filtración a los medios, el ministro
llama al empresario donante, y le dice: “¿Leyó
la prensa de hoy, don Fernando?... Por favor resuélvame
el asunto … Si, don Fernando… No, don Fernando….por
supuesto… Yo entiendo que bastaría con que prohibiésemos
que los aviones utilicen la pista, pero Ud. sabe… la
TV, los periodistas… Por supuesto, don Fernando, páseme
una factura como si se tratara de una nueva obra … Pero
no se demore, por favor, que podemos tener un problema de
imagen”.
El caso del aeropuerto es uno entre muchos:
“A la altura del Km. 770 de la Ruta 5 Sur, entre Temuco
y Valdivia, el concesionario no construyó dos de los
cuatro canales de circulación. El Ministerio de Lagos
recibió la obra sin contar las vías, y aceptó
que la autopista se estrangule a lo largo de tres o cinco
kilómetros, con el tráfico de ida y regreso
ocupando el mismo par de canales.”
Eran cuatro canales de circulación. Solo se construyeron
dos. El gobierno pagó al Concesionario por la construcción
de los cuatro canales. Los muertos en ese estrangulamiento
de una autopista, a la entrada de un puente y con escasa señalización
porque no es de buen gusto poner un aviso “Peligro.
Ud. está entrando a una zona donde nos robamos la mitad
de la autopista”, son parte del precio que Chile paga
por la corrupción de Lagos.
¿Pretendía Lagos, con su esquema de imponer
exacciones a los contratistas, generar corrupción de
alcance limitado?
¿Fue que los contratistas hicieron ver a Lagos que
es injusto pagar tan poco a los fiscales y entonces las partes
convinieron que el Ministerio de Lagos diseñaría
una figura para que se pudiera hacer justicia?
Durante su gobierno, los más variados grupos corporativos
siempre pudieron convencer a Lagos de los más diversos
despropósitos y consiguieron asombrosos privilegios
(Privi lege. Ley privada. Ley a la medida del interesado).
¿Es que Lagos es tan cándido que cualquiera
puede convencerlo de cualquier cosa?
¿Es que es tan inocente que era seducido a su pesar
por los astutos empresarios?
El modelo de Lagos para el pago de “coimas” auspiciadas
por el estado pronto fue bendecido por el Director Nacional
del Servicio de Impuestos Internos, Juan Toro, quien una vez
descubierto el esquema criminal que los indujo a secuestrar
al gordo Figueroa, a quién descuartizaron y además
probablemente metieron en ácido, como en las películas,
emitió un dictamen estableciendo que esas “coimas”,
así se llama en Chile a los pagos ileales, no están
sujetas al impuesto sobre la renta. No solo son legítimas:
además son libres de impuestos.
Los pagos que se hacen todos los meses, en efectivo y sin
recibo alguno a los ministros y a los fiscales que velan por
los intereses del Estado, son legítimos y libres de
impuestos. Tres mil dólares mensuales libres de impuestos
para cada ministro equivalen a 6.000 dólares de ingresos
mensuales declarables. Socialismo a la chilena.
LA
MAGISTRADA ANA GLORIA CEVESICH
Estos hechos tan asombrosos fueron dados a conocer primero
por el juez Alejandro Rivera y luego por una juez, hermosa,
honorable, siempre tan impecablemente vestida como cuidadosa
de sus palabras y sus actos, execrada e insultada por Lagos
y los suyos, por su esposa y sus ministros .
Ella, con su figura, su decencia, su estilo, su humildad,
el estoicismo con que soportó los ataques de sus pares
y del gobierno incluso durante los tristes días en
que perdió a su esposo, quien la trasladaba a diario
hasta su trabajo en los tribunales, era por sí misma
y por sí sola un insulto para Lagos y los suyos, todo
oscuridad, cinismo y componendas.
Ante estos hechos, ¿dónde estaba la oposición
en un país supuestamente democrático en que
gobierno y oposición además tienen fuerzas electorales
equilibradas?
¿Por qué la oposición no aprovechó
el momento cuando el juez Rivera tuvo lo que en Chile se consideró
la osadía de sentenciar que no solo quienes idearon
el esquema criminal habían incurrido en delito si no
también quienes habían recibido subrepticiamente
el dinero en efectivo?
Al lector le parecerá obvio lo que sentenció
Rivera. Pero que en Chile un juez se atreva a sentenciar en
justicia en contra de los poderosos supone un acto de insurrección
que lo hace acreedor de un castigo ejemplarizante.
EL
ACUERDO LAGOS LONGUEIRA
¿Por qué la oposición no aprovechó
este manjar que se le ofrecía y se abstuvo de atacar
a Lagos y sus hombres?
El motivo en este caso es el mismo que indujo al gobierno
y la oposición a otorgar impunidad a muchas otras asociaciones
ilícitas y hechos delictivos habidos durante el gobierno
de Lagos: ambas partes estaban involucradas en el esquema.
No solo ministros y principales funcionarios era parte de
negocio. También lo eran los más importantes
contratistas de construcción, empresarios con intereses
en diversas áreas de la economía y grandes sostenedores
de los partidos y parlamentarios de la oposición.
Acostumbrado a insultar y amenazar para imponer su autoridad,
a principios de 2003 Lagos callaba y se escondía en
el “Palacio de La Moneda”, como acertadamente
se llama el palacio de Gobierno de Chile.
Porque en Chile es oficial lo que en otras latitudes es más
sutil: “La Moneda” es el centro del poder. La
Moneda manda.
“Cuando el dinero habla las tonterías callan”
se afirma en el país americano cuya moneda lleva el
lema: “En Dios confiamos”. No precisa esa moneda
en cuál de los dioses que se adoran, respetan o desprecian,
los diversos ciudadanos sin embargo confían. El asunto
invita a pensar si también aquí ocurre que “el
medio es el mensaje”: que la propia moneda es el único
díos que los une y en el que confían.
En Chile “La Moneda” representa y ejerce el poder
sin restricciones.
A principios de 2003, la oposición temía que
tomar las medidas necesarias para castigar la corrupción
pudiera amenazar la gobernabilidad, porque si bien los corruptos
que reciben el dinero son del gobierno, los que lo aportan
y cobran por las obras que hacen mal y aun por las que no
hacen, son insignes comulgantes a diario que, en estado de
gracia, financian tanto al gobierno como a la oposición.
Entonces, para evitar un riesgo mayor y en aras de los altos
intereses de la patria se acercaron a La Moneda y se hicieron
parte de un gran “Acuerdo Nacional”.
El plan era poner término a la sensación de
que Chile se ahoga en corrupción. Legalizar lo actuado
y, de paso, conseguir que los empresarios obtengan grandes
beneficios que mantengan la armonía, la debida proporción
entre lo que corresponde que ganen ellos y las migajas que
deben recibir sus empleados, líderes políticos
de oposición y de gobierno.
Además, incluirán en el Acuerdo disposiciones
que eventualmente pudieran resultar en beneficio del país
para que no se diga que todo fue una simple componenda para
asegurar la impunidad de los involucrados y para seguir transfiriendo
los recursos de todos a manos de unos pocos.
Entonces se incluyó en el Acuerdo la creación
de un Sistema de Empresas Públicas (SEP) y dar algunos
pasos hacia la transparencia en los actos de gobierno.
También se incorporó el instrumento habitual
para garantizar impunidad: la prescripción de delitos.
En este caso quedan prescritos “los posibles delitos
cometidos antes del año 2003 en el financiamiento de
las campaña políticas”.
Como el año está recién comenzando, con
la firma del Acuerdo prescribe todo delito que pueda enmarcarse
dentro de esta amplia tipificación y que se hubiera
cometido hasta pocos días antes de firmado. En resumen,
todo lo que hemos hecho hasta ayer, ustedes para estar en
el gobierno y nosotros para liderizar la oposición
no constituye delito.
Con respecto a la transparencia en los actos de gobierno,
se conviene ponerla en práctica una vez terminado el
período presidencial que intentan salvar, porque permitir
la entrada inmediata de luz exterior podría cegar e
incluso matar a Lagos y a los sujetos que lo rodean, acostumbrados
a las tinieblas.
Así, el 30 de enero 2003, el ministro del Interior
José Miguel Insulza, por el gobierno, y Pablo Longueira,
entonces diputado y luego senador de UDI, principal partido
de la oposición, suscribieron con gran pompa el llamado
"Acuerdo para la Modernización del Estado, la
Transparencia y la Promoción del crecimiento del país".
Longueira no solo articuló activamente este Acuerdo
que luego mereció criticas de su compañeros
de partido quienes le enrostraron haber salvado a Lagos: todavía
años después se encargaba personalmente de evitar
que las comisiones del Congreso que pretendieron investigar
la corrupción de Lagos y su entorno llegaran a alguna
decisión contundente.
Poco importaban a Lagos los detalles del “socialismo
a la chilena” que se consolidaba con ese Acuerdo. Estaba
dispuesto a aceptar lo que fuese necesario para salvar su
gobierno y, sobretodo, el pellejo.
Como se esperaba, tan pronto fue firmado el Acuerdo las aguas
que llegaban al cuello de Lagos empezaron a bajar rápidamente.
El Presidente, si bien todavía no lograba articular
palabra, al menos respiraba.
SECUESTRO
Y DESCUARTIZAMIENTO DE DANIEL FIGUEROA
Entonces revienta lo del gordo Figueroa.
Durante la tarde del Domingo 13 de Abril de ese año
2003, el año horrible del presidente socialista, Jorge
Lobos, de 12 años, y los hermanos Javier y Michell
Bugeños, de 16 y 13 años, mientras jugaban consiguieron
entre las piedras un pantalón de tela color beige del
cual cayó algo que resultó ser un llavero. El
hueso que detuvo su caída parecía ser parte
de un cráneo humano. Era el primero de los diecinueve
huesos que hasta hoy es lo único que se ha conseguido
de Figueroa.
El 21 de diciembre del 2002, ciento trece días antes,
Daniel, 62 años, casi 1,80 mts de estatura, ligeramente
obeso, padre de dos hijas de Irma, su segunda y joven mujer,
ingeniero químico, hasta pocos años antes hombre
alegre y sociable, salió de casa de buen ánimo
a depositar unos cheques y reunirse con su primo Juan Pablo
Figueroa . Ni depositó los cheques ni se sabe qué
fue de él durante los cuatro meses transcurridos hasta
la aparición de sus huesos.
La cédula y su llavero acompañaban a unos pocos
huesos. ¿Dónde estaba el resto del cuerpo? ¿Cómo
artículos tan personales y que ayudarían a su
inmediata identificación lograron mantenerse junto
a esos huesos de los que huyeron la carne y el resto del cuerpo
desmembrado de Daniel?
¿Cómo salió tan impecablemente y en tan
corto tiempo la carne de los huesos de Daniel?
¿En los bolsillos de quién anduvo su cédula
durante esas dieciséis semanas?
¿Por qué sus ropas no denotaban el paso del
tiempo y sin embargo sus carnes desaparecieron?
El 25 de Diciembre, después de esperarlo cuatro días
y la Nochebuena, su mujer, Irma de las Mercedes Urrutia, denunció
ante la policía la presunta desgracia.
A partir de entonces el teléfono de casa de Daniel
comenzó a sonar con frecuencia. Cuando lo atendían,
nadie hablaba. Era el amanecer del terror. Un terror que llegó
a ser tan grande que Irma, que algunas veces me atendió
al teléfono y se mostró dispuesta a reunirse
conmigo, jamás se atrevió a hacerlo.
Tanto el terror que cuando supo que Roberto Celedón,
el abogado que la defendía en el caso del descuartizamiento
de su esposo también oficiaba como abogado de uno de
los acusados (Joel Muñoz) por los documentos que dejó
el descuartizado, Irma se resignó a dejar el caso en
manos de Celedón , renunciando así en la práctica
a su derecho a justicia.
Daniel, testigo potencial de primera magnitud se desvanece
en medio de una investigación que adelanta Chevesich
en la cual a la fecha de la aparición de los huesos
de Daniel ya estaban sometidos a juicio por corrupción
el propio Ministro de Obras Públicas de Lagos, dos
ex decanos de Economía de la Universidad de Chile,
la principal del país, y otras cincuenta y siete personas.
Y todavía pocos sabían que parte del dinero
que salía de manos de Daniel eran para Matías,
primo de Luisa, esposa de Lagos.
Pero ¿por qué dejar, intacta, junto a los diecinueve
huesos, uno de ellos un fragmento del cráneo, la cédula
de identidad, el documento de identificación de Daniel?
¿Fue el ahora aterrorizado Lagos quién en un
arranque de euforia de poder y según su habitual pretención
de actuar de modo ejemplarizante autorizó que se dejara
la cédula de identidad sobre los huesos del descuartizado
para dar una señal categórica a todo aquél
que pretendiera, como Daniel, denunciar los delitos del Presidente
y su entorno?
¿O simplemente alguno de los esbirros que implementaron
la “solución” consideró oportuno
aprovechar el esfuerzo realizado y darle carácter de
terrorismo de estado mediante el sencillo expediente de identificar
abiertamente al descuartizado, lo que impondría el
silencio a los mil otros Daniel que andan por ahí con
documentos capaces de causar daño a la imagen del Presidente,
del probo entre los probos?
Algunos huesos abandonados a la vista de todos y acompañados
de la cédula de un desaparecido puede ser un hecho
común durante una dictadura, aunque no por ello menos
inaceptable.
Pero se trata de un hecho de infinita gravedad cuando la víctima
es testigo principal de un caso que afecta directamente al
presidente de una República democrática. Y más
si involucra nada menos que a Ricardo Lagos, paladín
de la democracia, sujeto que rasgó vestiduras ante
la prácticas inhumanas del dictador pinochet y que
saltó a la fama apuntándolo imaginariamente
con su índice mientras era entrevistado en un programa
de TV. Político que jugó mil veces con el sentimiento
de los familiares de los detenidos desaparecidos solidarizando
con ellos y enrostrando crímenes a la dictadura de
pinochet, aunque jamás contestó la denuncia
de que también desapareció más del noventa
por ciento de los millones de dólares que los países
de Europa donaron al partido de Lagos para ayudar a los exiliados
de la dictadura.
Paralizado ante los huesos candentes de Daniel, el país
esperaba una pronta reacción del gobierno en busca
de justicia.
Muchos creíamos que Lagos era inocente y que cuidaría
demostrarlo con la mayor diligencia.
No tardaron las autoridades judiciales en enviar a USA los
restos encontrados, buscando confirmar con pruebas de ADN
la identidad de Daniel.
Bien podía ser que se tratase de los huesos de un desaparecido
de la dictadura y que alguien hubiera incurrido en el macabro
juego de tirar entre ellos el llavero y la cédula de
identidad de Daniel, que se había suicidado.
O que por asombrosa coincidencia los que secuestraron a Daniel
hubieran tirado su llavero y la cedula en un lugar en el que
justamente se encontraban huesos de un desaparecido de la
época de la dictadura.
Los que queríamos creer en la inocencia de Lagos éramos
capaces de imaginar las más asombrosas coincidencias
antes que aceptar que un hombre con la estatura moral de Lagos
pudiera estar involucrado en un descuartizamiento.
Y mucho menos probable parecía que pudiera estarlo
no por superiores razones políticas, las que a los
ojos de algunos justifican cualquier atrocidad, si no por
las muy pedestres razones de pretender ocultar que él
y sus amigos habían implorado comisiones a quienes
ejecutaban las obras inicialmente del Ministerio que ocupaba
y ahora de la República que preside.
Cómo se habrán reído los autores intelectuales
y sus sicarios, los autores materiales del hecho, pensando
que los seguidores de Lagos todavía abrigábamos
la esperanza de que esos huesos no fueran de Daniel.
EL
DESCUARTIZADO ES SOLO UN SUICIDA
Tan pronto los exámenes de ADN confirmaron que los
huesos eran de Figueroa el gobierno de Lagos comenzó
nuevamente a tambalear .
Cada día parecía más probable que Lagos
sería procesado por los delitos cometidos cuando fue
ministro de Obras Públicas y por el descuartizamiento
de Daniel Figueroa.
Pero pronto, para confirmar la extraordinaria complejidad
de la sociedad chilena, los dos principales periódicos
del país, “El Mercurio” y “La Tercera”,
comenzaron a afirmar, sin asomo de duda, que Daniel, el hombre
algunos de cuyos huesos habían aparecido, se había
suicidado.
¿Qué duda podía caber de que se trataba
de un suicidio si él “siempre” había
sido un “bipolar con tendencia a la autodestrucción”?
Y lo del evidente “suicidio” se machacaba sobre
la opinión pública nacional aun cuando ninguno
de esos brillantes periodistas lograba desarrollar una teoría
que permitiera explicar cómo había hecho Daniel
para suicidarse y luego destruir algunos de sus propios huesos,
reunir diecinueve piezas, algunas enteras y fragmentos de
otras y tirarlos en una zona que el suicida frecuentaba, acompañados
de su propia ropa vacía, la cédula de identidad
y también el llavero por si se perdía la cédula.
Pero en un país de poetas, los periodistas, muchos
de ellos casi poetas, son capaces de imaginar cualquier cosa
y de hacer abstracción de esto y mucho más para
explicar los hechos que sus patrones les ordenan explicar.
¿POR QUE LO MATARON?
Lo mataron para inculparlo de haberse quedado con el dinero
que se habían robado los hombres de Lagos, ya que parte
del dinero recaudado gracias al modelo del Socialismo a la
Chilena iba para fines políticos (financiamiento de
la campaña de Lagos) y parte muy importante se lo robaban
los secuaces de Lagos que esperaban, al desaparecer Daniel,
poder afirmar que fue éste quien se quedó con
esos dineros.
Pero Daniel dejó las pruebas a buen recaudo, de modo
que sujetos como Matías de la Fuente, Guillermo Díaz
y Carlos Cruz, entre quienes debe buscarse a los autores intelectuales
del crímen, fueron condenados por haberse robado ese
dinero de cuyo robo pretendían, al asesinarlo, poder
inculpar a Daniel.
¿POR QUE LO DESCUARTIZARON?
¿Para esconder que lo torturaron buscando saber dónde
había escondido los papeles que luego llegaron a manos
de la justicia y sirvieron para llevar a la cárcel
por corrupción a algunos ministros y otros colaboradores
inmediatos de Lagos, y que no llevaron a la cárcel
al propio Lagos porque sin razón alguna las cortes
declararon prescritos los delitos que él había
cometido?
DANIEL
COMIENZA A GOBERNAR
Al ver tambalear al Presidente, los principales actores políticos
de Chile convinieron incluir el horrendo crimen en el ya mencionado
Acuerdo Nacional de impunidad.
La derecha política y económica no se atrevió
a permitir que se hiciera justicia, porque ello implicaba
que Lagos renunciara a la presidencia, o fuese destituido,
lo que habría originado una crisis institucional y
un problema de gobernabilidad.
En ese momento recién comenzaba a asomar ChileVé,
el partido político que intentaba formar el entonces
popular senador Nelson Avila, hombre de aspecto quijotesco
que recién elegido diputado había saltado a
la fama local escribiendo versos a Lady Di y que había
logrado consolidar su popularidad apoyando a grupos que luchaban
aquí y allá contra los más diversos abusos.
Durante esos días en que las virtudes de Avila lo hacían
“presidenciable”, la derecha temía que
una tercera vía diera por tierra con el modelo político
bipartidista y multicómplice imperante en el país.
Para lograr el milagro de salvar el tambaleante gobierno,
Lagos y la oposición llegaron a un acuerdo que dejó
impune el asesinato y descuartizamiento de Daniel Figueroa
de la Fuente.
La oposición, aún cuando puede alegar que entró
en ese contaminante y contagioso entendimiento por el alto
interés de la patria o al menos en pro de lo que consideraba
necesario para el país, pronto pudo constatar que una
cosa es tener las manos manchadas con sangre de una dictadura
fuera de todo control legal y otra muy distinta encubrir el
asesinato de un testigo que, después de muerto, aportaba
pruebas de numerosos delitos en los que estaban involucrados
importantes empresarios y buena parte de los altos funcionarios
de un gobierno democrático.
Muy pronto la oposición se vio enredada en los tentáculos
cada vez más numerosos, concretos y fuertes que surgían
como por encanto de algo abstracto como es haber aceptado
hacerse cómplice del encubrimiento, ni siquiera del
crimen, solo del simple encubrimiento del asesinato y descuartizamiento
de un sujeto sin dinero, con escasa familia, casi un desconocido,
el propio don nadie en opinión de muchos poderosos.
Lagos y su equipo sí sabían, cuando negociaban
el acuerdo de esta pequeña impunidad complementaria,
que la situación era muy compleja: o lograban meter
de vuelta el espíritu de Daniel en la lámpara
de Aladino de la derecha o ese espíritu se haría
más grande que el fantasma del padre de Hamlet.
Sabían que si se lograba inocular el virus de ese encubrimiento
en los partidos de la derecha chilena, la enfermedad se propagaría
por sus filas como ya lo había hecho en las del gobierno.
Entonces también la oposición se vería
impedida de actuar ante otros mil hechos de corrupción
de los que tuviera noticia, e inducida a participar por acción
o por omisión en otros en los que estuvieran involucrados
sus cómplices.
Pronto también la oposición haría suyo
el slogan del socialismo a la chilena: “los paños
sucios se lavan casa”. Lo que significa que si conoces
de algún delito que esté cometiendo alguno de
los nuestros solo puedes hablarlo con nosotros, tus compañeros,
tus socios.
Lo que no sabe el que cree en la vía de lavar los paños
en casa, es que si los paños son muy sucios y su intención
de lavarlos es muy profunda, muy determinada, entonces los
de casa adoptan la solución que usaron con Daniel.
En lo que respecta a los empresarios, a los dueños
de los medios que tendrían la misión de cumplir
con la tarea de callar el crimen de Daniel, los periódicos
y canales de TV que sería necesario que “editasen”
durante años el porfiado rebrote de la noticia, pues
llaman “editar” a censurarlas internamente para
cumplir con las políticas o acuerdos convenidos por
los propietarios del periódico o del canal de TV, no
era necesario preocuparse demasiado. Esos empresarios, como
muchos de ellos en Chile, ya están en algunos negocios
de “la casa”, de “La Moneda” o de
algunos de sus largos infinitos tentáculos, o son susceptibles
de extorsión por los temidos medios empleados al efecto:
el Servicio de Impuestos Internos (SII) y la BRIDEC (Brigada
contra los delitos económicos).
Mediante un acuerdo que dejó la política chilena
tanto o más contaminada que el aire que también
por simple corrupción se respira en su capital, la
oposición se comprometió a dejar impune el descuartizamiento
de Daniel.
A cambio de ello Lagos se obligó a tramitar por fin
el paquete de medidas económicas muy favorables a la
oligarquía chilena incluidos en el Acuerdo Nacional
suscrito en Enero por Insulza y Longueira cuya tramitación
se empantanaba en el Congreso precisamente a la espera de
agregar algunos otros beneficios para el gobierno a cambio
de los deseos más acariciados por los grandes empresarios.
ACUERDO
PARA EL ENCUBRIMIENTO DEL CRIMEN
Pero … ¿existió realmente ese acuerdo
de actuar como si Daniel jamás hubiera existido y,
a cambio de ello, imponer con mas fuerza el neoliberalismo
sin contrapesos característico del socialismo a la
chilena?
La existencia del acuerdo es fácil de demostrar.
La prueba irrefutable de que el acuerdo se refiere a Daniel,
el Descuartizado de Lagos, es que se sometió a juicio
y se condenó a los implicados en los hechos delictivos
demostrados por las papeles que dejó Daniel, pero no
se investigó el descuartizamiento del testigo.
Los respectivos expedientes hacen constar el origen de los
documentos probatorios, pero sorprendentemente no señalan
que el testigo descuartizado los dejó para que también
sirvieran de pista para encontrar a sus eventuales asesinos.
La magistrado Ana Gloria Chevesich, todo un personaje nacional
a pesar de su mesurada y ejemplar actitud y tal vez justamente
gracias a ella, quien investigaba al entorno de Lagos basándose
en los papeles que dejó Daniel, ordenó averiguar
acerca de la marcha de la investigación acerca del
descuartizamiento del testigo principal, hecho poco frecuente.
Su petición permitió saber que, después
de un año de encontrados los restos de Daniel, la investigación
solo constaba de tres folios . Pero su osadía de mencionar
un caso oficialmente inexistente la hizo objeto de agresiones
de parte del gobierno. Además, para mayor vergüenza
nacional, recibió de sus superiores orden de no adentrar
su hermosa respingada nariz más allá de los
papeles que dejó el descuartizado de Lagos.
¿Cómo es posible que la Corte Suprema haya castigado
a una magistrado de la Corte de Apelaciones por el hecho de
solicitar que se averigüe acerca del desmembramiento
del testigo principal en un caso que ella lleva?
En rigor, ¿no estaba Gloria Ana Chevesich obligada
a exigir esa investigación?
¿No se habría hecho ella cómplice de
encubrimiento si no hubiese señalado la obligación
de investigar la muerte de su testigo?
Ninguna Corte actuando en equidad podría castigar a
un magistrado que procede de tal manera.
Si la Corte Suprema de Chile lo hizo, si la condenó
por atreverse a preguntar por el descuartizado, es porque
la Corte tenía la determinación de contribuir
al encubrimiento de un alevoso asesinato cuyas causas eran
fáciles de imaginar, donde los probables asesinos eran
pocos, famosos, estaban al alcance de la mano de la justicia
y, lo que es más importante, eran de connotada molicie,
lo que haría probable una pronta confesión del
crimen y sus horrendos detalles e implicaciones.
Es claro que los autores intelectuales del asesinato de Daniel
no son sujetos acostumbrados a rigores. Ministros o altos
ejecutivos de gobierno, habituados a enriquecerse sin tener
que usar pistolas ni sicarios ni camiones para trasladar lo
robado, arreglaron las cosas para que algunos ex funcionarios
de “La Oficina” o de algún otro cuerpo
de seguridad o algún ex miembro de los cuerpos de represión
del dictador pinochet le pusieran las manos encima al gordo,
intentaran obligarlo a cantar y luego lo silenciaran.
Por otra parte, si los juicios por corrupción siguieron
adelante, pero nada se hizo para aclarar el descuartizamiento
del denunciante y condenar a sus asesinos, es claro que existió
el acuerdo y que éste se limitó a garantizar
a Lagos y los suyos impunidad por el secuestro, asesinato
y descuartizamiento, pero no por los delitos de corrupción
en que habían incurrido.
La siguiente sucesión de hechos confirma que existió
el acuerdo:
Tan pronto aparecieron los restos de Daniel, el diario “La
Tercera”, uno de los más importantes de Chile
y al que Daniel había dejado en custodia copia de los
documentos que inculpaban a Lagos y sus hombres, informó
que tenía en su poder los documentos que dejó
Daniel y acerca del contenido de éstos.
Pocos días después apareció milagrosamente
en la entrada de Chilevisión, uno de los principales
canales de Televisión del país, intacto como
su cédula y su llavero, el computador personal de Daniel.
El canal incluso se apresuró a informar acerca del
computador y a ponerlo en manos de la hermosa Gloria Ana Chevesich.
Algunos medios especularon que “La Tercera” era
también el depositario original del computador de Daniel,
pero que ese periódico no se atrevió a ser quien
aportara en exclusiva todos los antecedentes contra Lagos
y su entorno y, para compartir los riesgos, endosó
parte de ellos a un canal de TV.
Si ese periódico y ese canal corrieron a cumplir con
su deber de informar cuando recién aparecieron los
restos ¿Qué los hizo luego callar para siempre,
mirar a un lado, ignorar las reiteradas denuncias del ciudadano
García ? ¿Simple coincidencia u órdenes
expresas?
Si el diario “La Tercera” estuvo durante meses
(los meses en que Daniel estuvo desaparecido) involucrada
en el contraataque póstumo que Daniel había
diseñado para el caso en que fuese asesinado y si “La
Tercera” se apresuró a cumplir con su parte del
trato hecho con Daniel y tan pronto los restos de éste
aparecieron hizo públicos los papeles que el descuartizado
les confiara … ¿por qué nunca un juez
investigó a quienes conservaron esos documentos, nunca
se interrogó a quienes los recibieron de Daniel, nunca
se quiso saber exactamente con qué palabras Daniel
llegó hasta ellos, en virtud de su relación
con qué persona de ese periódico Daniel dejó
en manos de ellos y no de otros las armas que habría
de emplear si no lograba salvar la vida?
¿Por orden de quién el diario “La Tercera”,
que saltó de inmediato a entregar las pruebas que podrían
permitir la identificación y captura de los asesinos,
a las dos semanas de aparecidos los restos comenzó
a publicar reportajes sosteniendo que Daniel, el descuartizado,
aquél de quien solo se tienen diecinueve huesos era
un simple aunque no por ello menos prodigioso, menos imaginativo
y todopoderoso suicida quien, no contento con quitarse la
vida, después de hacerlo encontró el modo de
continuar limpiando de carnes sus propios restos, seleccionando
algunos huesos, destrozando la caja de ese maldito cerebro
que tanto lo hizo sufrir terrores y que tan profundamente
lo metió en problemas, para finalmente dejar solo un
trozo de cráneo junto al llavero y la cédula?
LA INCOMPRENSIBLE NATURALEZA DE LA "DEMOCRACIA"
CHILENA
Muchas veces ha ocurrido en diversos países que el
gobierno y la oposición, con la disculpa de velar por
los intereses superiores de la patria, se han coludido para
dejar impunes diversos crímenes.
Lo que resulta incomprensible es que en un país supuestamente
democrático, donde existe un parlamento con doscientos
representantes populares generosamente remunerados, un poder
judicial teóricamente independiente y medios de comunicación
privados que se jactan de conformar el cuarto poder de la
democracia, nadie, excepto la magistrado Chevesich y García,
se haya alzado para exigir justicia para Daniel Figueroa.
Que haya delincuentes es comprensible. Que existan políticos
y empresarios dispuestos a llegar a cualquier acuerdo para
obtener beneficios materiales también lo es. Pero que
en una democracia nadie se alce, denuncie, exija justicia,
es incomprensible y vergonzoso y hace de Chile un país
que es necesario estudiar hasta llegar a comprender su naturaleza
y hasta lograr que las generaciones del mañana superen
esta condición.
A tal extremo llegó la colusión de representantes,
jueces y dueños de los medios, que ya en el año
2005 el presidente Lagos, recuperada la estabilidad de su
gobierno, recobró también la voz y comenzó
nuevamente a proclamarse paladín de los derechos humanos
y hombre honesto a toda prueba. Y nadie excepto García
se atrevió a recordarle siquiera algo tan evidente,
tan a ojos vista como es que, a partir de Abril de 2003, Ricardo
Lagos camina no sin que lo acompañe sombra alguna,
como ocurre con Peter Pan, o acompañado de una sola
sombra como corresponde a todo ser humano, si no acompañado
de dos sombras, la suya propia y la de Daniel, cada día
más monumental y heroica.
El olfato político de Lagos, su maestría acerca
de la naturaleza del chileno, le permitía percibir
que ya nadie tendría el coraje de procesarlo por este
gravísimo delito de lesa humanidad.
Lagos y muchos otros políticos sacan provecho de esta
oscura naturaleza de la sociedad chilena que llega a extremos
tan asombrosos que cuando Lagos amenazó a todos los
parlamentarios de su coalición de gobierno con no sacarse
fotos con ellos para las elecciones parlamentarias del 2005,
ninguno de éstos fue capaz de levantar su propia carrera
política prescindiendo de la foto con papá gobernante,
descuartizador y paladín de la justicia y los derechos
humanos.
A varios de ellos se les dijo en privado: “Es hora de
cruzar el Rubicón. Si quieres llegar a ser un gran
hombre debes separar aguas de Lagos y atreverte a enfrentarlo”.
-¿El Rubi qué?
Debo aclarar, cuando me refiero a los políticos, que
pienso que la política es la más importante
de las responsabilidades que debe asumir el ser humano y que
éste tiene la obligación moral de hacerlo.
Mientras más políticos tenga un país,
mejor. Ojalá cada ciudadano sea un político:
un ser comprometido con lo que piensa y que trabaja a tiempo
parcial o dedicación exclusiva, honesta y sinceramente
por el bien común.
Por otra parte, no todos los congresistas de Chile ni todos
los jueces ni todos los políticos están exentos
de grandes virtudes. Existen honrosas excepciones.
Pero estas excepciones también callaron ante el descuartizamiento
de Daniel Figueroa de la Fuente, ex contador de la principal
Universidad del país, principal testigo en el juicio
más bullado del gobierno de Lagos. Y su vergonzosa
omisión, cualesquiera que hayan sido sus razones, los
enloda.
Y no es que hayan callado por olvido o porque mientras otros
asuntos los distraían nada ni nadie les recordó
tan grave como incomprensible olvido.
No es así porque García se los recordó
todos los años, por la radio, la TV y la prensa.
Lo hizo en su condición de simple ciudadano, en su
condición de presidente de un partido político
con ocasión de su publicitada oficialización
ante el Consejo Supremo Electoral, y en su condición
de candidato a alcalde de Valparaíso, oportunidad en
la que reiteradamente se refirió al asunto ante los
medios.
Y en cada una de esas ocasiones fue claro al destacar la indiscutible
responsabilidad del entonces Presidente Ricardo Lagos en el
asesinato de Daniel Figueroa.
Un ciudadano, el presidente de un partido político,
uno de los tres candidatos a alcalde de la comuna más
numerosa y talvez la más famosa de Chile acusa reiteradamente
al presidente del la República, durante el ejercicio
de su mandato, del asesinato y descuartizamiento del contador
de la principal Universidad del país y nadie dice ni
hace absolutamente nada. Ni siquiera el poderoso acusado,
quien debió haber demandado por calumnias al acusador
o al menos balbucear un tímido “yo no fui”.
Todos los diputados y los altos magistrados de la república,
excepto Ana Gloria Chevesich son en alguna medida culpables
de encubrimiento, porque cada uno de ellos tenía la
obligación legal de actuar en un caso de tan connotada
“noticia criminis” y se abstuvo de hacerlo.
Es oportuno recordar las palabras de García publicadas
por los medios durante el gobierno de Lagos y de Daniel El
Descuartizado, menos de dos meses después de aparecidos
los restos de éste:
“ASESINATO POR ENCARGO.
El presidente de Chile, Ricardo Lagos, en su cuenta a la nación
el 21 de mayo de 2003, se refirió a los casos de corrupción
que afectan a su gobierno y que han sido titulares en los
medios durante el último año.
Dijo que es necesario distinguir entre "corrupción",
a secas, y "sobresueldos". Estos corresponden a
remuneraciones adicionales pagadas ilegal y subrepticiamente
a funcionarios de gobierno.
Condenó la primera y justificó la segunda, dejando
en claro que en su opinión los sobresueldos, aunque
pagados al margen de la ley y mediante métodos sin
duda fraudulentos, no constituye delito.
Si bien la opinión del presidente no resiste el menor
análisis legal, podría constituir una señal
optimista si se reconoce que con ello el presidente se atreve
a adoptar una posición poco conservadora, lo que no
deja de ser positivo en un país que algunos consideran
el Irán de Occidente.
Lamentablemente el Presidente Lagos no se refirió a
una tercera forma de corrupción, la más grave
de todas, que reapareció en Chile durante el presente
el año, y que está sin duda ligada a las dos
anteriores: el asesinato por encargo, con amedrentamiento
y dejando pistas cuyo objetivo indiscutible es sembrar el
terror.
Su omisión es más sorprendente si se considera
que su gobierno es el principal sospechoso de ella y tiene,
por consiguiente, la obligación de ponerle término
con urgencia para dejar en claro que su condición de
presunto culpable es infundada.”
Y también estas otras palabras de García, a
fines del mismo mes:
“ChileVé nace para velar por los derechos fundamentales,
y al hacerlo le pedimos al Gobierno resultados concretos en
los esfuerzos que le corresponde hacer para que no quede sin
castigo la muerte de Daniel Figueroa de la Fuente, quien estaba
llamado a ser importante testigo en la investigación
del caso MOP-CIADE”
Y el propio García, en Junio de 2005:
“LAGOS Y LOS DDHH
El presidente Lagos habla de derechos humanos aunque sabe
que, así como van las cosas, también su gobierno
pasará a la historia por un caso tan vergonzoso como
el que más: el asesinato y descuartizamiento del principal
testigo del caso MOP- CIADE, Daniel Figueroa de la Fuente.
Debe recordarse que Figueroa manejaba las platas de estos
contratos entre la Universidad de Chile y el ministerio de
Obras Públicas, suscritos cuando Lagos era ministro
de esa cartera, y por el cual son investigados importantes
funcionarios del actual gobierno.
La ministra Gloria Ana Chevesich desarrolla parte de su investigación
gracias a los papeles que Daniel Figueroa dejó a buen
recaudo por si algo le ocurría.
El año pasado ella ordenó determinar el progreso
en la investigación de este caso. Descubrió
que, después de un año, el expediente en el
tribunal de Puente Alto tenía solo tres páginas:
una por cada cien días de investigación.
Hace ya mil días que Daniel Figueroa fuera silenciado
y nadie se ha atrevido a encarar esta vergüenza nacional.
El gobierno y la oposición, el parlamento y el poder
judicial, con la honrosa excepción de la ministra Chevesich,
se hacen los desentendidos.
No hay madre que pida justicia para Figueroa, ni Plaza de
Mayo en este país de cómplices.
Es necesario que se nombre un ministro en visita responsable
de esclarecer este horrible asesinato.
Mientras este crimen no sea siquiera investigado, el presidente
Lagos no tiene autoridad moral para hablar de derechos humanos
o de imagen país.”
EL
GOBIENRO DE LAGOS Y DANIEL EL DESCUARTIZADO
Y así, no se sabe si meticulosamente planificado o
por imperdonable descuido, nació el gobierno de Lagos
y de Daniel El Descuartizado, porque a partir de abril de
2003 Daniel comenzó a gobernar.
Las más importantes medidas económicas del gobierno
de Lagos se tomaron, gracias a Daniel, para conseguir que
la derecha política y la derecha económica aceptaran
silenciar el asunto. Para que los periódicos, las radioemisoras
y los canales de TV callaran. Para que parlamentarios y jueces
se abstuvieran aquéllos de exigir y éstos de
impartir justicia.
Daniel gobernó porque las complicidades amarradas para
iniciar el encubrimiento fueron creciendo y multiplicándose
al extremo que sin duda hubieron de tenerse en consideración
cuando se tomaron las más importantes medidas del gobierno
de Lagos e incluso cuando se designaron los candidatos presidenciales
para suceder a Lagos.
Y Daniel siguió gobernando mucho después de
la salida de Lagos, como quedó demostrado en el año
2008, cuando la derecha política, al ver que Lagos
pretendía postularse para suceder a Bachelet como presidente
de la República, se le acercó calladamente y
le recordó que él, desde mediados de 2003 es
un discapacitado político sin derecho a papel protagónico
alguno.
Lagos y sus hombres deben saber que no habrá prescripción
ni impunidad en el descuartizamiento de Daniel: se trata de
un crimen de lesa humanidad, de un caso de terrorismo de estado
no por razones políticas si no para el encubrimiento
de delitos simples de corrupción, y por ende serán
investigados y habrá luz sobre los ciento trece días
transcurridos desde que despojaron a Daniel de su derecho
a la libertad, hasta que mostraron algunos de sus huesos y
bienes personales para enseñar que Uds. sí son
duros, que con Uds. nadie puede meterse, que descuartizan,
limpian huesos en ácido y luego ponen todo en vitrina,
cédula de identidad y llaves de casa incluidas, para
que los que andan por ahí creyéndose valientes,
se abstengan de saltar al ruedo.
Que la clase política y económica chilena cierre
filas para dejar impune este horrible asesinato es repulsivo
e inmensamente dañino para el país.
Permite que los asesinos de Figueroa queden impunes a pesar
de la gravedad de sus delitos: secuestro, tortura, asesinato,
descuartizamiento, terrorismo de estado y, finalmente, orquestar
el encubrimiento y las mil complicidades indispensables para
conseguir el silencio y la inacción de la oposición
política, del parlamento y de los medios.
Permite que un enorme conglomerado de cómplices y delincuentes,
una inmensa asociación ilícita de la que forman
parte políticos y empresarios de gobierno y de oposición,
así como numerosos operadores, sigan protegiéndose
ente ellos, intercambiando prebendas, reverdeciendo sus lazos
criminales.
Permite que grandes y pequeños integrantes de la red
incurran en nuevos delitos con la seguridad de que, al ser
parte del esquema, nadie podrá actuar contra ellos
porque saben demasiado.
Garantiza que los delitos iniciales y los nuevos delitos permanecerán
impunes.
Obliga a mantener en altos cargos públicos a delincuentes
que se sienten fuertes al conocer el alcance de la asociación
ilícita de la que forman parte y la magnitud de las
consecuencias que tendría el que esa red se rompiese,
como tarde o temprano ocurrirá.
Permite que los chilenos sigan pensando que es mejor no denunciar,
que es mejor callar, que es mejor dejar que los poderosos
se sigan repartiendo el dinero y las riquezas que pertenecen
a todos. Que los poderosos pueden hacer lo que quieren. Que
el sistema de justicia es, como dice Monseñor Sergio
Abad, una delicada telaraña que atrapa eficazmente
a mosquitos e insectos menores y de cuya existencia los tigres
no se enteran.
CHILE
DESPUES QUE HAYA JUSTICIA PARA DANIEL
Por otra parte, cuando este crimen se aclare....
Serán muchos los condenados porque son muchos los implicados
en el gran encubrimiento.
Serán tantos los que irán a la cárcel
que por fin comenzará a disminuir la inmensa y oligopólica
corrupción de Chile, que tanto enriquece a muy pocos
y tan despiadadamente priva de sus derechos y condena a la
pobreza y abandono a millones de chilenos.
Será el comienzo del fin de la impunidad en un país
donde los ricos y bien relacionados pueden matar, violar y
robar sin pagar pena alguna y donde el humilde pasa la vida
en la cárcel por el simple hecho de ser sospechoso
de un robo menor.
Será el nacimiento de la era en que los que aceptaban
lavar los trapos sucios en casa se levantan de mañana
y van al juzgado a poner la denuncia.
Figueroa es el descuartizado “de Lagos” porque
Lagos y sus hombres, su “círculo de hierro”,
son los acusados en los delitos que se pudieron demostrar
gracias a los papeles que dejó Figueroa de la Fuente
para el caso de que fuese asesinado. Ellos sabían de
esos papeles y de la posición de Figueroa con respecto
a sus delitos, y por esas razones necesitaban silenciarlo.
Daniel dejó los papeles a buen recaudo para castigar
a sus asesinos y no a terceros.
Es el descuartizado de Lagos porque el propio Lagos está
implicado en los delitos que pudieron ser demostrados mediante
las pruebas que dejó Daniel.
Porque siendo Lagos Presidente de la República en un
país donde el Presidente tiene inmensas atribuciones
legales e ilimitadas facultades de hecho, no hizo nada por
determinar quién descuartizó a su acusador ni
por castigar a los culpables a pesar de haber sido reiteradamente
conminado a hacerlo.
Si todas estas razones no hacen de Figueroa “el descuartizado
de Ricardo Lagos Escobar” corresponde al propio Lagos
ayudar a demostrar lo contrario y castigar a los asesinos.
En caso que no lo haga, por todo lo expuesto Lagos pasará
a la historia de Chile como el primer presidente democráticamente
electo involucrado en el asesinato y descuartizamiento de
un conciudadano con el único propósito de esconder
hechos de corrupción de los que fue testigo.
Como el primer Presidente que es parte de una asociación
ilícita para el encubrimiento de un asesinato con agravantes,
ejecutado durante su mandato con el propósito de encubrir
delitos comunes en los que él está involucrado.
MENSAJE
A LOS AUTORES MATERIALES
Por otra parte, los integrantes menores de esta asociación
ilícita para la ejecución y el encubrimiento
son pieza fundamental para el esclarecimiento de este asesinato
y descuartizamiento por encargo.
Así lo han sido los cientos de personas que cada uno
en su día decidieron confesar su participación
a veces muy secundaria en los crímenes del dictador
pinochet
Es necesario que se atrevan a denunciar.
Que se acojan a protección de testigos.
Que antes de morir tengan el coraje de ponerse en paz con
su patria y con sus semejantes.
Que piensen que denunciando contribuirán que hechos
tan graves como éste no se repitan y que evitarán
de paso que hechos similares los puedan afectar a ellos o
sus seres queridos.
Que sientan el placer y el orgullo de sacrificarse por su
patria y sus compatriotas.
Que sepan que con su gesto, con su coraje pueden contribuir
a mejorar en gran medida la vida de su país y con ello
la de sus seres amados.
Que tengan la certeza de que ese desprecio que sienten por
sí mismos al saberse contaminados por la inmundicia
de este crimen se convertirá en orgullo y conciencia
de sincera valía cuando se atrevan a dar el paso de
denunciar a los que asesinaron, torturaron, limpiaron en ácido
los restos de Daniel y luego los usaron para imponer terror.
Antonio
García V. (a) Darío Varela |
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