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PRIVILEGIOS
Antonio García V. 21.08.2013

 

Privilegios
Acerca de los diversos Privilegios
El Privilegio como asociacion ilícita
Cómo nacen los Privilegios
El modelo económico tras los Privilegios

PRIVILEGIOS

Los Privilegios son condiciones económicas excepcionales establecidas en beneficio de unos pocos, que destruyen la igualdad de oportunidades.

Mientras existan Privilegios, las grandes mayorías estarán privadas de sus derechos económicos fundamentales y, aunque estudien y se capaciten y aunque se desvivan trabajando tienen una alta probabilidad de fracaso.

Quienes detentan los Privilegios afirman que la educacion y el esfuerzo permite salir adelante y esconden el hecho de que ellos, asociados con el Estado, disfrutan de ventajas e imponen condiciones que condenan a muchos a la semiesclavitud y la miseria y que privan a todos de la igualdad de oportunidades que es condición indispensable de demaocracia.

Los Privilegios han dado lugar a la mayor parte de las grandes fortunas.

La riqueza de Carlos Slim, por ejemplo, surge del privilegio que tiene de cobrar un sobreprecio 20.000 millones de dólares anuales en las tarifas telefónicas de México (según estudios de la OECD), lo que equivale a 200.000 millones de dólares cada diez años, inmensa fortuna que sale del ingreso de millones de mexicanos que son empujados por Slim a la pobreza.

La fortuna de Bill Gates es resultado de su monopolio global en sistemas operativos y en los programas para escribir y hacer cálculos (Word y Excel). Para imponer estos monopolios incorporó trampas en su sistema operativo Windows que le permitieron quebrar a numerosas empresa de software; impuso contratos de extorsión a todos los fabricantes de PC; se alió con el gobierno de USA para espiar a los usuarios de Windows (ya en 1999 la Agencia de Seguridad, NSA, admitió la existencia de la “Clave NSA” incluida en toda versión de Windows); actuó para obstaculizar el desarrollo del software, según consta en condena a Microsoft ratificada por la corte Suprema de USA; e incurre en muchos otros delitos. Microsoft blanquea cada uno de sus crímenes con acuerdos extrajudiciales cuyo costo paga con las exacciones derivadas de sus actividades ilegales.

El privilegio de suscribir acuerdos extrajudiciales para no ser condenado, para no continuar siendo investigado y para no mostrar los ases que aún guardan bajo la manga ha permitido enriquecerse a muchas grandes corporaciones y a la mayor parte de los bancos que además han sido catalogados de “Demasiado Grandes Para Quebrar” (TBTF:Too Big To Fail).

Y qué mayor privilegio que ser oficialmente considerado “Demasiado Grande Para Quebrar”, lo que significa que sea lo que fuere lo que hagan esos bancos los gobiernos saldrán a cubrir sus deudas, incluso si son ilegítimas.

Entre los grandes bancos que han admitido haber cometido crímenes mil millonarios y que quedan impunes gracias a los acuerdos extrajudiciales que se les permite firmar, están J.P.Morgan, Barclay's, Bank of America y la mayor parte de los que estuvieron involucrados en arreglar en su propio beneficio la tasa libor durante una década.

Entre las empresas que se han enriquecido mediante reiterados crímenes que han quedado impunes gracias al privilegio de los acuerdos extrajudiciales está Medtronic, fabricante israelita de dispositivos médicos que ha admitido haber pagado a miles de médicos para que prescriban sus productos criminales y aun para que abran el pecho de sus pacientes para instalarles defibriladores que no necesitaban y que condujeron a muchos de ellos a una muerte prematura.

Los privilegios destruyen la igualdad de oportunidades.

Los privilegios determinan un panorama de desigualdad económica que hace casi imposible que las grandes mayorías superen la pobreza.

A consecuencia de los privilegios, la idea de que la educación permitirá salir de la pobreza es solo una burla cuando no una disculpa para mantener la desigualdad durante los años que se supone que la educación dará su milagroso fruto de equidad.

Lamentablemente la educación nunca será suficiente para salir de la pobreza porque de poco vale saber nadar si el mar que se ofrece para intentar sobrevivir está contaminado e infestado de tiburones.


ACERCA DE LOS DIVERSOS PRIVILEGIOS

Es indispensable conocer cuáles son los privilegios que destruyen la igualdad deoportunidades e impiden a las personas salir de la pobreza.

Conocerlos permite identificarlos y combatirlos.

Estudiarlos en detalle conduce a saber quiénes están detrás de cada privilegio, quiénes lo han creado y lo mantienen, quiénes pagan a los políticos y al estado para asegurar la continuación del privilegio, quienes son los operadores de turno encargados de preservarlos.

Detrás de cada delito, y los privilegios son delitos contra el interés común, siempre existen personas, sujetos de carne y huesos. Las empresas son fachadas que emplean para esconderse, para poder actuar embozadamente, para que la exacción sistemática que imponen parezca parte de los hechos propios de un mercado de competencia perfecta con perfecta simetría de información.

A continuación se dan ejemplos de los privilegios mas comunes

Privilegio es el que gozan los bancos cuando políticos y banqueros acuerdan despojar al país de los recursos que sean necesarios para asegurar que la banca no quiebre por muy mal administrada que esté y por mucho que sus propietarios y directivos roben y se paguen remuneraciones siderales.

Este privilegio, como todos, es financiado con el salario y el empleo de las grandes mayorías, las que como consecuencia de ello se empobrecen gravemente. Para lograr este privilegio los bancos extorsionan al gobierno con la amenaza de que su quiebra daría por tierra con la economía del país.

Los banqueros, gozan de dos grandes ventajes para extorsionar al gobierno: que los políticos suelen ser ignorantes en materia de finanzas y que su vacilación se convierte en apostolado con solo meterles en el bolsillo un sobre con dinero.

Privilegio es el que goza la mina que tiene derecho a contaminar creando piscinas de relave de cobre o ríos impregnados de mercurio empleado en la extracción del oro. También es un privilegio que se les permita dejar contaminados para siempre la tierra, el ambiente y el paisaje.

Solo en Santiago de Chile, el arsénico en el aire produce 4.000 muertes prematuras al año, mientras decenas de miles de niños contraen malformaciones que transmitirán a sus descendientes. El derecho a destruir así la vida de sus semejantes, lo que se podría evitar instalando sistemas de filtrado y purificación del aire que encarecerían ligeramente el cobre, es uno de los muchos privilegio que gozan las empresas mineras.

Privilegio es el que favorece a siete familias propietarias de las empresas a las que se regaló en exclusiva el derecho a pescar en el mar territorial de Chile. El mar es de Chile, pero los peces son de 7 familias que supieron comprar a diputados y senadores para apropiarse de ese bien, cuyo valor es de 2.000 millones de dólares anuales. Lo único que pagaron esas familias por esos bienes que ahora les pertenecen a perpetuidad y que pueden vender como cualquier otro bien de su propiedad, son las comisiones que pagaron a congresistas y autoridades de gobierno, probablemente una cifra muy reducida si se considera que es un pago por una sola vez a cambio de 2.000 millones de dólares anuales para siempre.

Privilegio es el que disfrutan las empresas privadas que explotan los servicios públicos (agua, electricidad, gas) pues tienen derecho a cobrar tarifas que negocian con la autoridad y que no surgen de la libre competencia si no, de la libérrima corrupción.

Las empresas eléctricas de España gozan de un privilegio que les ha permitido aumentar 70% la tarifa eléctrica en 4 años durante los cuales la escasa inflación que ha habido en el país es derivada del aumento del IVA y del ajuste de tarifa a éste y otros privilegios. Las eléctricas de España pagan sueldos multimillonarios, cobran la tarifa que sus empleados en el gobierno les autorizan cobrar, imponen sus exacciones a todos los españoles y privan a éstos del derecho entregar a la red el sobrante de su capacidad de generación de energía.

Privilegios son las leyes que entregan a un grupo reducido de empresas el derecho a manejar los planes de salud de un país o sus hospitales.

En Chile, se llama Isapres a las empresas privadas que reciben cada mes parte del sueldo de los trabajadores a cambio de planes de atención de salud cuyos precios aumentan a su antojo cada año. Este privilegio que las hace ser uno de los sectores mas rentables de la economía chilena, no les parece suficiente, por lo que ofrecen a sus afiliados hasta 50.000 distintos planes de salud, lo que hace imposible que éstos puedan hacer comparaciones entre los diversos planes que surgen y desaparecen con precios siempre crecientes. Adicionalmente las Isapres defraudan al 80% de los afiliados a esos planes, al incumplir las obligaciones establecidos en ellos.

Privilegios son los que disfrutan aquéllos a quienes se permite violar la ley en forma abierta y continuada, como ocurre en Chile con las propias Isapres

En efecto, no contentas con disfrutar de los beneficios y abusos que se han mencionado, las Isapres son propietarias de hospitales y centros de salud y de empresas de seguros, a pesar que la ley que les concede el privilegio de manejar los planes de salud les prohíbe expresamente ser propietarias de empresas como las mencionadas, las que les permiten integrar su negocio verticalmente. Pero ocurre que su privilegio les procura tantos recursos financieros que ellas compran permanentemente a la autoridad y mantienen desembozadamente hospitales y empresas de seguros que les permiten contratar estos servicios con sus propias empresas y alegar que el costo de estos servicios es, justamente, el que ellas deciden cobrarse a sí mismas, lo que les permite aumentar el precio de los planes que ofrecen a sus afiliados.

Son privilegios las concesiones de autopistas pues gozan de regimenes tarifarios que se revisan con cualquier disculpa y que se convienen con la autoridad a cambio de algunos centavos. Prueba de ello es por ejemplo que VINCI, conglomerado francés de construcción y concesiones viales, declara que su rentabilidad en la construcción es de un 4% en tanto en las concesiones de autopistas es de un 70% (EBITDA con respecto a Ventas. Pág. 55. Informe VINCI. “UBS European Conference. London, November 14, 2012.”).

Otro ejemplo del privilegio que representan las concesiones de autopistas es la Autopista llamada Costanera Norte, en Santiago de Chile, inaugurada en el 2003, donde el concesionario invirtió 110 millones de dólares y el estado invirtió 650 millones de dólares a pesar de que estaba supuesto que no debería invertir nada porque para eso son las concesiones. A las tarifas actuales y al ritmo en que se las ajusta, a cambio de su inversión de CIENTO VEINTE (120) millones de dólares el concesionario recibirá VEINTE MIL SETECIENTOS (20.700) millones de dólares en 30 años. Estas enormes utilidades salen, moneda tras moneda, del bolsillo de millones de usuarios estafados por el Concesionario y su cómplice, el Estado, que poco o nada recibe de este negocio que solo existe gracias a que cuenta con su respaldo.

Privilegios son los que se otorgan cuando se autoriza construir 47 pisos, aunque sea sin ascensores, donde solo se permitía construir 20 pisos, como ocurrió en Benidorm, España, con el edificio de viviendas más alto de Europa.

También es privilegio el que se otorga al inversionista inmobiliario que se le permite construir el doble de la superficie legalmente aceptada para a zona en que se encuentra su predio, sin siquiera exigir la atención del impacto vial que la obra genera en un área de tráfico vehicular saturado.

En estos caso se otorga a unas pocas personas el privilegio de construir muy en exceso de los que la sociedad consideraba razonable. Con ello se les permite un enorme enriquecimiento sin más razón que su capacidad de sobornar a la autoridad y se imponen a la comunidad, para siempre, todos los inconvenientes que se derivan de la inserción inorgánica de un inmueble que resulta desproporcionado para el entorno y para la infraestructura de servicios existente.

El enriquecimiento derivado del delito inmobiliario es consecuencia de un hecho simple: el precio de un terreno suele representar un determinado porcentaje del precio de venta del edificio que se puede construir sobre el. Este porcentaje suele rondar el 10%.

Así, si en un terreno se puede construir un edificio de 10 pisos cuyo precio de venta será de diez millones de dólares, el precio del terreno será alrededor de un millón de dólares.

Entonces ocurre que si una vez comprado el terreno su nuevo propietario soborna a la autoridad y consigue permisos para construir ese mismo edificio pero ahora de 20 pisos, entonces podrá vender el edificio en 20 millones de dólares y podrá vender su terreno, sin siquiera darse el trabajo de construir el edificio, en dos millones de dólares, obteniendo un millón de dólares de utilidad especulativa criminal.

Privilegios son asimismo los que obtienen quienes consiguen cambios de zonificación que multiplica el valor de sus tierras. Esto ocurre por ejemplo cuando la autoridad decide convertir una enorme extensión de tierra agrícola en tierra urbana, aunque nada lo justifique y no sea necesario en absoluto. Así ocurrió en Santiago de Chile los años 1997 y 2003 cuando se convirtieron en zona urbana un total de 90.000 hectáreas de suelo agrícola de la mejor calidad. Con ello no solo se sacrificó suelo agrícola de enorme valor. Además se permitió a los propietarios de esas tierras decir que su valor de 0,4 dólares el metro cuadrado, cuando solo servían para cultivo, ahora que se puede construir sobre ellas es de 10 dólares el metro cuadrado. Su valor nominal, el que se usa para los avalúos bancarios se multiplicó por 25, aunque nadie construirá sobre ellas porque Santiago solo necesita 1.200 hectáreas por año para atender su crecimiento.

Los privilegiados propietarios pudieron ordenar un nuevo avalúo o tasación de esos terrenos, cuyo valor total aumentó en casi 9.000 millones de dólares puesto que su valor anterior (90.000 has, 10.000 m2/ha, 0,4 usd/m2) era de 360 millones de dólares y su valor actual es de 9.000 millones, que es lo que valen esas 90.000 has después que un simple cambio legal aumenta su valor a 10 usd/m2.

Con esos nuevos avalúos, sus propietarios que vieron crecer de la noche a la mañana el valor de sus terrenos, pudieron obtener nuevos créditos bancarios garantizados con los mismos terrenos solo que ahora tasados a un precio 25 veces mayor. Esto significa que su capacidad de financiar proyectos o actividades especulativas creció 25 veces.

El delito inmobiliario, ilícito que en Chile ni siquiera existe como tal, no solo enriquece al propietario gracias al mayor valor que le da a su terrenos. También le procura ventajas con respecto a sus competidores en el mercado inmobiliario en lo que respecta a financiamiento y rentabilidad. Estos privilegios reducen la competencia, lo que encarece la vivienda, y por ende crean desigualdad al beneficiar a unos pocos en desmedro de los demás.


EL PRIVILEGIO COMO ASOCIACION ILICITA

Los privilegios constituyen una asociación ilícita entre el estado y la empresa para saquear a las personas

El privilegio es una ley o conjunto de leyes (marco legal) que permite que unos pocos se beneficien inmensamente a costa de los demás; esto es, de quienes se suponen son sus iguales.

Los privilegios no nacen por generación espontánea.

Antes de Pasteur los científicos creían en la generación espontánea. Pensaban que las bacterias y otros seres vivos surgían por sí solos, como por encanto o arte de magia, a partir de seres no vivos.

Consideraban que las infecciones surgían de pronto y sin razón alguna, descartando la posibilidad de que fueran resultado de un ambiente falto de higiene.

Suponían que la leche y otros alimentos se dañan espontáneamente y no por estar expuestos a bacterias o gérmenes y por la velocidad de multiplicación de éstos.

Por otra parte, Charles de Gaulle, héroe y escritor, estratega y estadista, para referirse a la complejidad de los hechos hablaba de “la oscura armonía de las cosas”.

Los privilegios, parte central de la oscura armonía de las cosas, de esa armonía que para unos pocos es muy grata y provechosa y para muchos es un enemigo callado como una enfermedad o una infección, un enemigo que de uno u otro modo le impide que el sueldo alcance, no le permite ayudar a los suyos, educar a sus hijos, atender sus necesidades, no surgen por generación espontánea.

Los privilegios surgen de leyes e incluso de complejos cuerpos legales que crean o establecen ingresos o beneficios económicos para algunos. Y como esos ingresos deben originarse en alguna parte, esas mismas leyes crean cargas que se aplican a todos para generar los recursos que se desea generar. Los privilegios crean obligaciones que todos deben pagar para reunir el dinero que irá a manos de los pocos beneficiados con el privilegio.

En algunos casos la exacción que impone el privilegio es evidente. El esquema del privilegio es tan burdo que es fácil ver de dónde sale el dinero, cuánto dinero se quita a los muchos y cómo y cuánto dinero llega a bolsillos de los beneficiados por ese privilegio.

Es el caso por ejemplo de las llamadas AFP, las Administradoras de Fondos de Pensiones de Chile, donde los casi 10 millones de trabajadores que conforman la masa laboral deben entregar cada mes un 10% de su sueldo a las AFP. Este 10% representa 250 millones de dólares mensuales que salen de los sueldos y llegan a manos de los dueños de las AFP.

Una cuarta parte de esos 250 millones se les entrega en calidad de comisión o regalo. Esto es, a fondo perdido. Es dinero que pasa a ser propiedad de las AFP. El restante 75% se les entrega a las AFP para que ellas administren esos Fondos y para que al cabo de 30 años, cuando el trabajador jubile, las AFP le paguen su pensión.

La propia ley establece subterfugios que permiten que las AFP hagan con esos Fondos todo lo que ellas quieran, incluyendo invertir en proyectos ilegales y en sus propias empresas. Por otra parte, el derecho a manejar fondos que representan el 80% del mercado de capitales de Chile convierte a las AFP en arbitro todopoderoso de la economía de Chile pues su poder financiero les permite influir en el precio de las acciones y entonces en el valor de las empresas que concurren a dicho mercado. Además tienen derecho a dar o negar vida a dichas empresas pues las AFP deciden si invertir o no en una empresa que les pide a préstamo los Fondos que administran, todo lo cual impide la libre competencia y la igualdad de oportunidades.

Como nadie controla el uso que las AFP dan a la fortuna que manejan, una vez que las AFP se ven obligadas a cumplir el cometido para el cual fueron creadas, esto es, cuando llega el momento de pagar pensiones, ellas demuestran que los fondos disponibles no son suficientes para hacerlo y se limitan a pagar jubilaciones miserables. ¿Cómo podrían alcanzar para pagar pensiones estos Fondos que se emplean sin control y sin otro objetivo que el enriquecimiento de sus administradores?

Un privilegio así, tan simple y desembozado, permite sacar cuentas precisas y determinar con exactitud cuánto se le quita a cada uno y cuánto reciben los privilegiados gracias al esquema que diseñaron.

Otros privilegios son, en cambio, menos sutiles, no tan desembozados, pero cada uno de ellos es evidente y está soportado por documentos legales que permiten demostrar que se trata de un privilegio, de un abuso, de una arbitrariedad que va en beneficio de pocos y en desmedro de muchos.

Identificar los privilegios es el primer paso para destruirlos.


COMO NACEN LOS PRIVILEGIOS

Esas leyes, las que generan privilegios, no surgen de la nada, de la casualidad. Ellas no son resultado de la generación espontánea.

El germen de cada privilegio es la idea que alguien tuvo o que alguien copió o perfeccionó para obtener un beneficio que sin la ayuda del estado no podría conseguir.

Para exprimir los beneficios de esa idea es necesario redactar una o más leyes que lo materialicen y conseguir que esas leyes sean aprobadas. Es así como se consigue que surja el derecho a obtener esos beneficios.

La naturaleza delictiva del privilegio surge de dos vertientes:

1. Del propio hecho de legalizar un abuso, una posición ventajosa, un beneficio que se otorga a unos pocos en desmedro de muchos. Convertir en ley un abuso permite contar con el apoyo del estado para cosechar sus beneficios. Acarrea la ventaja actuar al margen de la ley teniendo a la autoridad como guardaespaldas, como sicario.

2. Del uso subversivo, artero o traidor dado al derecho constitucional de formular o generar una ley. El propósito de la ley es perfeccionar la democracia, materializar la igualdad, contribuir positivamente a atenuar las diferencias en la satisfacción de sus derechos fundamentales que se derivan para las personas de las diversas circunstancias que afectan su vida.

Y sí que existen diferentes circunstancias, pues no todos nacen en idéntica cuna ni reciben similar comida y educación, ni tienen las mismas legítimas amistades, ni padecen similares enfermedades ni tienen hijos discapacitados ni asumen idénticamente las responsabilidades que la vida pone ante ellos y ante las cuales se abren mil caminos entre los extremos de afrontarlas y eludirlas.

El formular leyes que en lugar de crear igualdad, de poner el campo más parejo para que todos puedan jugar en similares condiciones lo que hacen es facilitar inmensamente las cosas a unos pocos y hacerlas imposibles a los demás es un crimen, constituye un secuestro de la democracia, representa valerse de medios arduamente alcanzado para destinarlos a conseguir fines contrarios al propósito que se tuvo para luchar por ellos hasta lograr crearlos.

El derecho a quitar recursos a muchos para entregarlos a quienes diseñaron y gestionaron el privilegio se consigue haciendo las tareas necesarias para lograr que la trampa que se ha diseñado se convierta en ley que obliga a todos a caer en ella.

Entonces la diferencias entre un delito y un privilegio son

1. El privilegio es un delito desarrollado en connivencia con el estado

2. La victima del delito sufre sus consecuencias ya sea por ignorancia o porque se le obliga por la fuerza a aceptar ser saqueado. La victima del privilegio está sometida a la fuerza del estado, entidad que aunque existe para protegerlo en esta caso actúa para destruirlo.

Para lograr que ese proyecto de delito se convierta en un cuerpo legal que genera riqueza a sus autores les guste o no a quienes deben pagar por ello, se necesita cumplir con los tramites legales necesarios para convertir una idea en ley.

Es necesario hacer mucha propaganda, y poner a trabajar a los congresistas que deben proponer esa ley, conseguir el visto bueno de las comisiones del congreso, tramitar su aprobación en una o dos cámaras que conforman el poder legislativo y lograr que sean sancionadas por el poder ejecutivo.

Son muchos los pasos que es necesario dar, ninguno de ellos casual.

Son muchos los involucrados a los que se debe poner de acuerdo, a los que es necesario alinear tras el delito, a los que se debe pagar de una u otra manera para que el poder legislativo que les fue confiado sea usado justamente en contra de quienes se lo otorgaron.

El privilegio entonces no es resultado ni de la casualidad ni de la generación espontánea: es el resultado de la acción de peligrosos seres vivos que se multiplican e incrementan su fuerza en un ambiente, en un caldo de cultivo donde el dinero, el intercambio de favores y la lenidad de un poder judicial que procura impunidad favorecen el desarrollo y crecimiento de la putrefacción social

El privilegio es el fruto que genera una asociación ilícita cuidadosamente creada y cultivada.

Esta asociación ilícita está conformada por personas que se reúnen y se conciertan para producir un daño, para poner al estado al servicio del crimen.

Cada uno de los miembros de una asociación ilícita es un criminal y debe ser castigado como tal, de modo que todos y cada uno de los que intervienen directa o indirectamente en la formulación y tramitación de un privilegio deben ir a la cárcel por haber incurrido en ilícitos de extrema gravedad.

EL MODELO ECONOMICO TRAS LOS PRIVILEGIOS

El modelo económico común a la mayor parte de los privilegios es la idea de que no existe mejor negocio que conseguir una ley que peche poco, muchas veces, a cada uno de millones de personas y que entregue todo lo recaudado a un reducidisimo grupo de privilegiados.

Quienes tramitan la ley privada, la privi lege, que son los mismos que consideran que aumentar el salario mínimo un uno o un dos por ciento redundará en un grave daño para la economía del país e impedirá el éxito económico de las empresas.

Puede resultar sorprendente que esos mismos sujetos piensen que aumentar cada año entre un tres y un diez por ciento las tarifas de diez o veinte privilegios, pechando al efecto el salario de los trabajadores, no tiene impacto alguno sobre la economía, sin considerar su impacto sobre la vida, la salud, la educación y el bienestar de los trabajadores y sus hijos.

Lo que hace que los políticos tengan una percepción desde su lóbulo de los patrones y otra desde su lóbulo de las personas es consecuencia del tipo de alimento que reciben: papel moneda en bruto.


Antonio García V, (a) Darío Varela